¿Siente un miedo intenso cuando se asoma a un balcón? ¿Siente una sensación de vértigo muy desagradable cuando pasa por un puente? Entonces es posible que tenga miedo a las alturas. Puede convertirse en una fobia, que limita la vida de muchas personas. Cabe decir que el nombre del miedo a las alturas es acrofobia. Si quieres saber cómo superarlo antes de que se convierta en un problema para ti, sigue leyendo.

Miedo a las alturas: acrofobia

La acrofobia o miedo a las alturas es un miedo irracional y extremo a las alturas. Este tipo de fobia genera ansiedad y conductas de evitación o escape en situaciones que implican estar en lugares altos.

Síntomas de la acrofobia

Como ocurre con todos los tipos de fobias, la acrofobia se expresa a través de una serie de síntomas que se manifiestan en situaciones concretas. Además, muchos de estos síntomas son compartidos con el resto de miedos patológicos, por lo que lo único que varía es el desencadenante.

Los principales síntomas del miedo a las alturas

Agitación y tensión muscular

El miedo incapacitante a las alturas se expresa, entre otras formas, por un estado de tensión muscular que hace temblar todo el cuerpo. Esto ocurre porque el sistema nervioso linfático está muy activado, lo que hace que las fibras musculares reciban más señales de que están preparadas para reaccionar rápidamente.

Ansiedad

La anticipación de accidentes y desgracias provocados por la presencia de un precipicio hace que una persona experimente ansiedad. Se trata de un estado de activación fisiológica y cognitiva en el que todo el foco de atención se centra en los posibles peligros. Este estado produce malestar y, además, impide que la persona piense racionalmente y reaccione de forma proporcionada ante el peligro que tiene delante.

Pánico

El pánico es una oleada de miedo que hace que la persona experimente una mezcla de sensaciones producidas por la anticipación del dolor o la muerte. También provoca estímulos sensoriales que llegan en cuanto la persona se enfrenta a la situación que le molesta.

En el caso de la acrofobia, el pánico a los lugares altos tiene que ver con la apreciación constante de la distancia entre el individuo y el fondo del acantilado o la pendiente que tiene cerca. Cuando esta sensación de miedo es muy extrema y aparece bruscamente, esa persona puede sufrir ataques de pánico.

Pérdida de control

Uno de los aspectos cognitivos de la acrofobia es la pérdida de control, que consiste en la incapacidad para gestionar procesos ejecutivos como la gestión de la atención o el establecimiento de planes y secuencias de acciones coherentes.

Taquicardia

El aumento brusco del pulso sanguíneo también provoca la aparición de la sensación de falta de aire.

Dolor de cabeza

Junto con la aparición de los otros síntomas, es muy común que la persona con acrofobia experimente también dolor de cabeza, provocado por cambios en la presión sanguínea y la sobreactivación del sistema nervioso.

¿Cuál es la causa del miedo a las alturas?

Las causas del miedo a las alturas son múltiples. Cabe señalar que se trata de un miedo evolutivo que forma parte de nuestro instinto de supervivencia y que está presente en otras especies animales.

Sin embargo, otros factores pueden explicar el origen del miedo a altura Es posible, por ejemplo, que una persona haya tenido experiencias traumáticas relacionadas con la altura, de modo que haya desarrollado un miedo irracional y haya empezado a lidiar con las consecuencias.

Consecuencias de la fobia a las alturas

En general, las personas que tienen miedo a las alturas evitan las ocasiones en las que tienen que exponerse a grandes alturas. Así, les aterrorizan los miradores, los ascensores, los puentes, los deportes de altura o los acantilados.

En casos más extremos, la acrofobia se convierte en un miedo que altera la vida cotidiana, ya que puede afectar a situaciones tan comunes como entrar en el ascensor, subir escaleras, asomarse a balcones o estar en edificios altos. Hay personas, incluso, que acaban viendo reducida drásticamente su calidad de vida, sin poder siquiera salir de casa.

Además, a veces el miedo a las alturas provoca en la persona un sentimiento de incapacidad o inadecuación. Al fin y al cabo, ve que otras personas pueden realizar sin miedo las actividades que él evita, por lo que su autoestima se deteriora.

Cómo perder el miedo a las alturas

El miedo patológico a las alturas puede tratarse mediante intervención psicológica, gracias a la cual disminuirán la mayoría de los síntomas (aunque en la mayoría de los casos no desaparecerán por completo).

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Las terapias cognitivo-conductuales son las que han demostrado una mayor eficacia en el tratamiento del miedo a las alturas. En concreto, la exposición es muy utilizada en este y otros tipos de fobias.

Tratamiento de la acrofobia por exposición

La exposición consiste en abordar la fuente del miedo de forma gradual, llevando a la persona a fijarse objetivos sencillos y a corto plazo. Para ello, debe subir físicamente a lugares elevados (en principio, acompañado por el psicoterapeuta) o bien utilizar el recurso de la realidad virtual.

Cada vez que se alcanza un objetivo, como permanecer cerca de un acantilado durante 30 segundos, esa persona inicia una fase de mayor dificultad. De este modo, pasa por una serie de pruebas ordenadas jerárquicamente según su nivel de dificultad y los progresos se van acumulando con el tiempo. Así, el paso por esta serie de situaciones marca una curva de dificultad ascendente.

Por supuesto, para llevar a cabo la exposición es imprescindible contar con la supervisión y orientación de un profesional suficientemente formado en estas técnicas, destacando que debe estar especializado en el área de la Psicología de la Salud.

Terapia implosiva o de inundación

La terapia implosiva o de inundación es otra de las técnicas utilizadas para tratar el miedo a las alturas. Consiste en exponer directamente a la persona a la situación que le provoca ansiedad, impidiéndole escapar. Por supuesto, antes de llegar a este punto, el psicólogo debe haber trabajado con la persona su fobia, enseñándole técnicas de relajación que le permitan controlar su respuesta de ansiedad.

Con esta técnica se pueden conseguir resultados más rápidos que con la desensibilización sistemática. Sin embargo, si la persona no está bien preparada, la experiencia puede llegar a ser extremadamente angustiosa y desagradable.

Hipnosis

La hipnosis también ha demostrado ser muy eficaz para curar las fobias. De hecho, se trata de una opción mucho más segura. Al fin y al cabo, su adición a la terapia evita la ansiedad que puede generar el uso exclusivo de técnicas cognitivo-conductuales.

La hipnosis tradicional funciona mediante sugestiones posthipnóticas directas dirigidas al inconsciente. La hipnosis ericksoniana también ha dado muy buenos resultados, ya que al utilizar sugestiones indirectas ocultas en metáforas e historias, puede llegar mejor al inconsciente y atacar las raíces del miedo.

Consideraciones finales sobre el miedo a las alturas

Como se ha visto, el miedo a las alturas se conoce como acrofobia. Este miedo extremo que siente el individuo al encontrarse con alturas a menudo acaba perjudicando la propia rutina del individuo.

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