Crisis de la mediana edad: una visión desde la psicología

George Alvarez 12-06-2023
George Alvarez

Aún persiste el debate entre analistas convergentes y divergentes dentro de las ciencias "psi" o "P" (Psiquiatría, Psicología y Psicoanálisis) sobre cuál es el periodo denominado mediana edad. El criterio cronológico, que es la franja de edad, sigue siendo objeto de controversia. Sin embargo, ya han establecido que la crisis de la mediana edad comienza a los 40 años y se extiende hasta los 65 años.

Algunos analistas defienden los 70 años como límite entre la mediana edad y la vejez, o mejor edad, que comenzaría a los 70 años hasta la muerte. Otros postulan que la mediana edad oscila entre los 40 y los 75 años, y que después vendría la vejez. Y, por último, están los que entienden que por encima de los 40 años comienza el periodo de madurez y no hay otro umbral.

Comprender la crisis de los 40

La línea divisoria sería la tanatología o muerte y duelo. Lo que ya se observa es que cuando los hombres y las mujeres alcanzan entre los 40 y los 50 años, lo que se denomina la plenitud de la vida, se desencadena una crisis llamada crisis de la mediana edad.

Este fenómeno es biopsicosocial e independiente de la clase de ingresos, la posición social, el lugar de nacimiento, el sexo, la raza, el estado civil, la ideología y el signo, entre otros supuestos.

La crisis de la mediana edad se considera una crisis inevitable y puede anticiparse o posponerse, dependerá de un conjunto de factores, como el grado cognitivo de la persona, su formación académica, el consumo de alcohol y drogas, la cultura, el estilo de vida, la depresión, la separación, los hijos, los bienes, cómo utiliza su reserva de tiempo, si se jubila o no, si aún no tiene expectativas de jubilación, el tipo de carrera oes decir, dependerá de la historia vital previa de cada singularidad.

Pero, ¿qué es eso de la crisis de los 40?

La crisis de la mediana edad puede ser una crisis grave y presentar ataques de pánico, ansiedad, angustia, generar depresión y neurosis e incluso en algunos casos psicosis e ideación suicida. Esta crisis consiste en la toma de conciencia por parte de la persona de que se está haciendo mayor y debe enfrentarse a la muerte.

Se produce una asociación de esta autoconciencia con una sensación de casi pánico o pánico que será un desencadenante de angustia. Una persona que tiene antecedentes de una familia desestructurada o de padres ansiosos e impulsivos puede ser un detonante para agravar aún más la crisis de los cuarenta porque la persona ha introyectado ese tipo de formación, es decir, la ha inscrito en su registro inconsciente y no ha olvidado lo que su familia le ha legado.

La situación familiar previa tiene un fuerte peso en la crisis de la mediana edad porque al ser algo bien estructurado proporcionará más instrumentos y juicios de valor para intentar afrontar mejor la crisis. La proporción de la crisis de la mediana edad dependerá de cómo se haya formado y educado la persona y de lo que haya heredado del patrimonio familiar como conjunto sistémico.

La crisis de la mediana edad y la función fisiológica

Algunos analistas asocian la crisis de la mediana edad tanto con el climaterio masculino como con el femenino, es decir, cuando se produce una disminución gradual y creciente de la función fisiológica en ambos sexos, lo que se denomina periodo climatérico. En las mujeres la llaman menopausia. Sin embargo, a pesar del aspecto biológico, la crisis de la mediana edad tiene una expresión psicológica.

Es una crisis psicológica muy severa y compleja a nivel mental. Porque la persona consciente e inconscientemente va a matematizar su vida, en términos de fecha de caducidad.

Es habitual autopercibirse o reflexionar sobre el tiempo que nos queda antes de morir. Cuando la persona se ve afectada por una patología grave, de carácter oncológico (cáncer) se convierte en un desencadenante mucho más fuerte que puede desencadenar un ataque de pánico grave y la persona puede llegar a tener un arrebato cuando se instala la crisis de la mediana edad.

Porque el individuo empieza a pensar que está decayendo, una sensación de que está cayendo por un bache. Otros abren la ventana por la noche y empiezan a abstraerse del universo mirando al cielo y se preguntan: después de todo, ¿quién soy, de dónde vengo y adónde voy? ¿Volveré? ¿Existe la reencarnación? ¿Existe Dios? ¿Quién creó a Dios? ¿Qué será de mí después de morir? ¿Dónde me convertiré en huesos y seré depositado? ¿Seré olvidado?

Reflexión y aflicción

La crisis de la mediana edad se activa con más vigor en estos momentos de reflexión y aflicción. A ello se suman quienes sufren el síndrome del nido vacío, es decir, los hijos se han marchado. La crisis de los cuarenta genera desesperación.

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Las personas en proceso de autorreflexión suelen hacer correlaciones y plantearse cuestiones psicológicas profundas e íntimas. Algunos tienen la percepción de que hay que vivir deprisa, el aquí y ahora. Empiezan a refutar cualquier visión de inversión en el todavía-no o de aplazamiento de las satisfacciones, porque todo tiene que ser lo ya-provisional.

Se tiene la sensación de que ya no se puede esperar nada, de que no queda mucho tiempo. Algunos dicen a menudo, mira, ya queda poco, tengo que vivir, me queda poco y hacen cuentas, quedan "x" años. Empiezan a sumar los días y las horas que han vivido.

La inestabilidad emocional de la crisis de los 40

Es habitual que las personas en crisis de mediana edad expresen que lo han sumado todo y que viven 570.000 horas, que el año tiene 8.760 horas y que tienen más de 65 años y necesitan vivir cada minuto y cada hora como si fueran a morir en ''horas''. Una inestabilidad emocional muy fuerte en personas que no pueden hacer frente a la situación son detonantes que desencadenan más crisis.

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Algunos comentan, que se consideran prisioneros de la atmósfera terrestre, dependientes del oxígeno, peor que los peces, ya que estos últimos están atrapados en la hidrosfera, que utilizan el oxígeno disuelto en el agua, pero que tienen todo el mar y que les gustaría ser un pez.

Parafraseando al personaje Lawrence de Arabia, película épica de 1962, cuando le dice a un beduino, vengo de la ciudad de los gordos y de un país que tiene una gran Armada Naval y pretende dominar los océanos, pero el desierto es tu océano.

Una crisis existencial

La crisis de la mediana edad es una crisis existencial. Cuanto mayor es el nivel cognitivo de la persona, mayor puede ser la crisis. La persona se siente impotente y empieza a reflexionar sobre si ha sido capaz o no de realizar cambios en su estructura vital. Hay una imagen de arrepentimiento.

La crisis de la mediana edad se considera uno de los momentos más dolorosos para los seres humanos. Y se piensa pronto que los animales están exentos de esta crisis. Los cambios psicológicos empiezan a aparecer en la persona madura y pueden tener un impacto dramático en el sentido de sí misma. Todo ello se ve agravado por la disminución de la eficacia biológica de la persona que envejece, con la edad cronológica y las enfermedades biofísico-químicas que ya empiezan a aparecer.

Cabello blanco, formación de gases, pérdida de dientes, de ahí la fase del diente de oro, vista débil, cataratas, se vuelve más lento (a), azúcar en la sangre, cálculos renales, plomo en los pies, hierro en las articulaciones, tensión arterial alta o baja, dolores como migrañas, posibles bultos. Son necesarias reacciones como cambiar de hábitos, ir a gimnasios, que siguen siendo escasos para las personas maduras.

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Inestabilidad psicológica

En una sociedad que no dispone de instalaciones sociales para los maduros, la crisis se agrava aún más. No es raro que algunos busquen el suicidio. A otros se les coloca en refugios y se les olvida literalmente, lo que destroza su salud emocional. Y los que tienen un mal ajuste psicológico tendrán una mayor crisis de la mediana edad.

Aún se desconoce la duración de la crisis. Algunas personas tardan casi cinco años en salir de la crisis de la mediana edad, otras consiguen una remisión gradual en unos meses y viven hasta la muerte. La inestabilidad se agrava al afrontar el cambio de imagen corporal.

Algunos recurren a la cirugía plástica, los implantes dentales, el uso de pelucas, la ropa juvenil en un esfuerzo por parecer más jóvenes. El declive sexual pesa en la autorreflexión. Las creencias se tambalean.

Conclusiones

Algunos se aferran al poder familiar u organizativo y al liderazgo patriarcal para intentar sobrellevar mejor la situación e intentan mantener el control sobre lo mejor de la vida y utilizan mecanismos de defensa maduros, pero saben que la crisis es un rito de paso para todos y que la muerte será una realidad.

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Este tema cobrará gran protagonismo en el Psicoanálisis del futuro, en las emergentes sociedades post y trans modernas de los tiempos disruptivos líquidos y la era del algoritmo.

Este artículo fue escrito por Edson Fernando Lima Oliveira. Licenciado en Historia y Filosofía; PG Ciencias Políticas, estudiante de PG de Psicoanálisis e investigador de Psicoanálisis Clínico. E-mail: [email protected].

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George Alvarez

George Alvarez es un psicoanalista de renombre que ha estado practicando durante más de 20 años y es muy respetado en el campo. Es un orador solicitado y ha realizado numerosos talleres y programas de capacitación sobre psicoanálisis para profesionales de la industria de la salud mental. George también es un escritor consumado y es autor de varios libros sobre psicoanálisis que han recibido elogios de la crítica. George Alvarez se dedica a compartir su conocimiento y experiencia con otros y ha creado un blog popular sobre el Curso de capacitación en línea en psicoanálisis que es ampliamente seguido por profesionales y estudiantes de salud mental en todo el mundo. Su blog ofrece un curso de formación integral que cubre todos los aspectos del psicoanálisis, desde la teoría hasta las aplicaciones prácticas. A George le apasiona ayudar a los demás y está comprometido a marcar una diferencia positiva en las vidas de sus clientes y estudiantes.